MIGUEL ANGEL PUPPO

 
Defensor del 78

¿El "antifútbol defensivo" de Defensor del 76 era una expresión de las dificultades del país?
El Defensor del 76 no era defensivo ni antifútbol. Jugaba con laterales que subían, dos volantes que hacían relevos, un enlace y tres puntas. La figura era 4-2-1-3. Lo que pasa que jugaba como un bloque compacto. Corrían todos para recuperar la pelota y después hacían lo que el Profe llama el "despresing", o sea, sin la pelota, saber utilizar los espacios. Pero el sistema se va perfeccionando día a día y hoy quienes dejamos de ser alumnos del Profe (porque alguna vez te graduás), le fuimos agregando la experiencia de todos los años que jugamos. Hoy se puede decir que hubo una escuela del profesor De León. En el 97 los tres primeros éramos yo en Nacional, Gregorio en Peñarol y Tato en Defensor. Cuando salí campeón con Basáñez, Gregorio salió con Peñarol. Y antes Arispe salió campeón uruguayo y Salomón campeón con Fénix y Javier con Huracán y Jaureguy campeón de una liguilla con Defensor y no todos somos iguales ni digo que seamos los mejores, pero tenemos una concepción de fondo y una modalidad de trabajo bastante similar.

La de ustedes es una modalidad que implica sacar resultados. Pero en Nacional no fue suficiente.
Por historia en Nacional tenés que ser protagonista y no existe otra que ganar. No existe el empate. Y si podés armar el plantel vos, le buscás la vuelta. Cuando no, ya es más difícil, pero yo igual hago un balance de mi trabajo en Nacional y gano por destrozo.

¿Qué cambia de un cuadro grande a uno chico?
Mucho. Cuando dirigía a Cerrito quería la cancha de La Luz, para sacar ventaja de lo que yo tenía y ponerle dificultades a los rivales, pero en Nacional, al revés, necesitaba una cancha donde los jugadores que tenía pudieran juntarse y tocar, que ese es el ideal.

¿Qué buscás del jugador, cómo es tu relación con él?
El jugador tiene que apostar a salir por lo menos empatado con el fútbol. Es decir que cuando termine su carrera tenga su casa y un dinero como para poder emprender algo. Eso es salir empatado, porque vos diste tus mejores años productivos y a los treinta y cinco, treinta y seis años, cuando terminás el fútbol, es muy difícil conseguir un trabajo. El jugador tiene que apostar de ahí para arriba y no conformarse nunca, mejorar en cada entrenamiento. El que no cabecea, cabecear, el que no le pega de zurda pegarle de zurda. Y tengo con el jugador una relación de honestidad. Cuando llevé a Barilko a Nacional me gritaron contra él. Sin embargo, Barilko fue, con el tiempo, un jugador importante en Nacional. También me gritaban contra Kanapkis, pero no lo llevé yo a Kanapkis, yo no lo pedí. Sin embargo le dije que iba a tener la misma oportunidad que los demás. Fui de frente. El trabajó (nadie le regaló nada, se ganó su puesto y hasta llegó a ser capitán). Es un excelente muchacho. Fueron dos satisfacciones. Y otra el Chino Recoba. El primer partido que lo dirigí fue contra Boca. Empatamos. El estaba de suplente, entró e hizo el gol. Pero salió otra vez en la semana porque estaba acostumbrado a jugar en un espacio muy corto. Pero es una gran persona y ya tenía lo más difícil que puede hallarse en un jugador: técnica, calidad, repentización de cosas, creatividad, invención, es inventor de cosas. Yo le pedía que agregara lo más fácil, cubrir algún espacio, no que marcara, que cubriera espacio, que tapara. Cuando conocés a una persona le podés sacar más rendimiento y él también a vos, a medida que te va conociendo. Juntos logramos mejorar muchísimo al buen jugador que vino de Danubio. Pero con todo lo que ha logrado, el techo de él todavía no está. Siempre y cuando sea realista de lo que tiene por delante, puede seguir mejorando. Sé que el entorno de él lo ayuda. Es joven y a la gente que tiene un gran corazón como tiene él, siempre hay que apoyarla.

¿De qué cuadro sos hincha?
Soy hincha a muerte de la camiseta que me pongo. Pero si tuviera que ser hincha de un cuadro lo sería de Defensor, donde jugué doce años de mi vida y me formé como adolescente y como adulto. Y soy de Cerrito porque fue el primer cuadro que me dio oportunidad de trabajo como entrenador. Y quiero mucho a Basáñez, porque salimos campeones dos años seguidos, contra todo el mundo y terminamos con mi señora abrazados en un charco del Parque Rivero en uno de los recuerdos más emotivos de mi vida, por el sacrificio enorme que habíamos hecho.


Sus comienzos de 9

¿Qué recuerdo tenés del baby fútbol?
El baby fútbol lo hice todo en Boca Junior, que, junto con el Miguelito Siré, era el decano de la Liga Palermo de Baby Fútbol. El Director técnico era mi viejo. Por eso yo jugaba.

¿Tu viejo era futbolista?
Mi viejo era un chipriota que llegó al Uruguay y antes de venir a Montevideo estuvo en Colonia, muy vinculado al Plaza Fútbol Club. Después vino para el barrio Palermo donde yo nací. En Magallanes entre Gonzalo Ramírez y Cebollatí. Salíamos de la escuela y enseguida nos íbamos a jugar a las canchas, que ya no existen, al lado de la cancha de Atenas, que tenían luces y hasta jugamos torneos nocturnos. También a la cancha que hicieron allá abajo, en Minas. Después jugué en cuadros de barrio de la Liga Palermo de mayores, el Noa-noa, el Tacuarí, antes de ir a las inferiores de Defensor que practicaban en la cancha de Misiones, la que hoy es de Miramar Misiones. El primer día que fui a entrenar a las inferiores de Defensor, en la cancha de Miramar, me robaron los mocasines. Volví descalzo al barrio Palermo, todo por Bulevard y por la rambla. Pensé dejar, pero al otro día volví. El entrenador era José Benítez, buen formador de grupos humanos.

¿Siempre jugaste al medio?
En el Baby fútbol, como era de a siete, jugaba al medio o atrás. Pero en la cuarta de Defensor jugaba de nueve y salí goleador de Defensor. En tercera jugué circunstancialmente algunos partidos de volante aunque llegué al primero practicando de nueve, pero resulta que de centrodelantero vivía expulsado porque se golpeaba más que ahora y yo era de reaccionar. Entonces De León un día me dijo. "Si te calentás no podés jugar de nueve. Además vos te crees que tenés un gran dominio y lo que tenés es un domiñito". Así que me mandó de volante.

Pero te siguieron expulsando.
Mirá que no. Lo que pasa es que hubo una expulsión gravitante porque me dieron como trece partidos; fue record. Entonces quedó la imagen. Pero después fui a Buenos Aires y en tres años me expulsaron una o dos veces y en Colombia no me expulsaron nunca.

¿Cómo te adaptaste a primera?
Empecé en una gira de setenta días de un grupo grande, donde la convivencia tiene que ser buena. Jugamos dieciseis partidos. Perdimos los dos primeros y después volvimos extenuados, con muchos lesionados, pero invictos. Entonces hicimos un gran campeonato uruguayo 72. Salimos terceros. No llegamos al título por falta de plantel. Cuando terminamos la primera rueda, De León nos dijo: "Miren, muchachos, no se alarmen, ahora se van a perder dos o tres partidos, pero el cuadro va a retomar su estado y vamos a terminar ganando". Y así fue, les terminamos ganando los dos últimos partidos al Nacional campeón del 71 y a Peñarol. Pero perdimos, por lesiones, tres o cuatro partidos al terminar la primera rueda, que si hubiésemos tenido más plantel los hubiésemos en parte ganado y hubiéramos salido campeones. Estábamos para campeón. Ese partido que le ganamos a Nacional fueron dos jugadas de Leonardo Hernández en el segundo tiempo. Era uno de esos jugadores muy hábiles que hacía el fútbol como lo sentía, pero no trabajaba para el equipo. Entonces el Profe prefería ponerlo en los segundos tiempos, después de que nosotros, en un trabajo de grupo a presión sobre la pelota, como en aquel momento en Montevideo no se veía, desgastábamos al rival. En el segundo tiempo entraba Hernández a jugar por las puntas y los mataba. Pero él quería jugar de entrada y protestaba: "pero, Profe, ¿otra vez no me pone? -decía-". Y la hinchada gritaba: "Poné al piojo, poné al piojo" Entonces el Profe miraba al banco y le decía: "Che, Piojo, trajiste a los familiares".

¿Cómo era aquel primer Defensor del Profe?
No era el Defensor actual. Las calderas eran a leña. No faltó el día en que cortamos un árbol del Parque Rodó para bañarnos con agua caliente. Pero llegó el Profe, hicimos la gira, vendimos tres jugadores y la cosa empezó a rodar. Yo estuve sólo dos temporadas en ese primer equipo porque mis procesos fueron rápidos. Al tercer partido me citaron para la selección y a la segunda temporada ya me vendieron. Cuando en el 76 vuelve De León de México y arma el plantel que cambió la historia del fútbol uruguayo, Jorge Franzini me fue a buscar a Buenos Aires; pero Velez Sarfield me había declarado intransferible y recién pude volver para la Liguilla. De mi largo pasaje por Defensor quedó una afinidad, un estilo que con la conducción del Profe De León, logró juntar a ese grupo del que luego salieron infinidad de técnicos, que en su mayoría han sido exitosos y hoy mantienen vigencia. También me quedó la vivencia tremenda de haber trabajado con Julio Pérez. A Julio, por la persona que es y por lo que ha logrado como deportista hay que sentarse a escucharlo. Él siendo campeón del mundo se identificó plenamente con el sistema nuestro. Lo teníamos en Defensor y aprendí mucho con él. Todo lo que pudiera corregirle al jugador, le corregía. Y finalmente, también me quedó algún título. Me acuerdo que en la Liguilla del 79, jugué todo el partido final contra Nacional, en el estadio, que ganamos uno a cero con gol del Pichu (Rodolfo Rodríguez), pero yo venía de una lesión e increíblemente pude terminar los noventa minutos sin problemas. La quedé en la vuelta olímpica. Me acalambré y no la pude completar.


TRAYECTORIA DE MIGUEL ANGEL PUPPO

Como jugador
1958-65
Boca Juniors (B.F.)
1966 Noa-Noa
1967 Tacuarí
1968-73 Defensor
1972-74 Selección de Uruguay
1974-76 Velez Sarfield
1976 Selección Resto de América
1977-79 Defensor (Campeón de la Liguilla 1979)
1979 Aris (Grecia)
1980-81 Cúcuta
1982 U.L.A (Venezuela)
1983 Unión Magdalena (Colombia)
1984 Defensor
1985 Racing

Como entrenador
1986
Bella Vista
1987 Cerrito
1988 Bella Vista
1989 Cerrito (Vicecampeón de la B)
1990
Cerro
1991 El Tanque Sisley
1992-93 Basáñez (Campeón Uruguayo de la B 1992 -le quitaron puntos y el título por problemas extrafútbol- y 1993)
1994
Tolima
1994-95 Liverpool
1996-97 Nacional (Campeón Torneo Clausura 1996, Campeón invicto Liguilla Prelibertadores 1996, Campeón Apertura 1997, Campeón Copa Marlboro -China- 1997)
2000...
Fénix (Campeón Repechaje ascenso a la A 2000)